29 septiembre 2018
Si hubiera sabido la que se me venía encima estoy segura de que nunca habría subido a ese escenario…
No era la primera vez que competía, y, ni mucho menos la primera vez que hacía dieta, aunque una cosa tenía ya clara por aquel entonces, nunca había hecho una dieta tan estricta.
Creo que debo empezar por el principio, para quienes llevéis poquito siguiéndome en redes sociales…
La última vez que competí fue en Mayo de 2017 (y digo la última porque realmente creo que no volveré a hacerlo nunca más); soy deportista, me dedico a esto, por lo que mi preparación para la competición de Bikini Fitness era más una puesta a punto, la cual comencé 3 meses antes.
Comencé muy motivada, tenía muchísimas ganas de volver a verme en el punto de competición, más incluso que de subirme a la tarima; de hecho, siempre me ha dado vergüenza y hablemos claro, SIEMPRE he bajado decepcionada con el puesto en el que he quedado, pero porqué no? Igual esta vez podía ser diferente! Por lo que contraté a una coach para que llevara mi preparación, ya que no tiene nada que ver con una planificación para la ¨vida diaria y normal¨ de una persona que no pretende competir.
No voy a decir quién es porque no tengo nada en contra de ella y no quiero que este post de pie a pensar que me quejo de su trabajo, es más, sigo pensando a día de hoy que me llevó al mejor físico que he tenido nunca y al objetivo que yo le pedía, conseguir ese punto que me hizo subir al escenario segura 100% de mi!
La preparación, tal y como os comentaba al principio del post empezó con mi motivación al 100%, he de decir que después de casi una vida entera controlando mi alimentación o a dieta, tengo bastante fuerza de voluntad, por lo que estaba muy metalizada como para poder llevarlo al límite.
Pero cuando me fui dando cuenta de que no iba a tener ninguna comida libre hasta la competición mi cabeza empezó a no llevarlo tan bien… Tenía por delante 12 semanas en las que mi dieta de unas 1200 calorías diarias iba a ser lo único que me iba a acompañar…
Yo no soy una chica menuda, todo lo contrario, si no me cuidara, mi tendencia me lleva a engordar; Tengo piernas grandes, soy alta… por lo que el punto al que ¨debía¨ llegar, era más bien una delgadez que yo nunca tengo de por sí…
Eso lo sabía, tal y como he comentado antes, no era la primera vez que competía… La idea era mantener la masa muscular pero SIN grasa, y lo conseguí! Vaya que sí lo conseguí!
La progresión del peso fue así:
Cada día estaba más contenta de como me veía, pero a la vez las ganas por comer algo fuera de la dieta eran más y más grandes…
3 meses sin saltarte absolutamente NADA es mucho tiempo, muchas salidas con mi pareja a ¨comer¨ fuera, con mi familia, con mis amigas… y sí, claro que lo hacía, al fin y al cabo la decisión de competir era mía por lo que tenia que amoldarme para poder seguir haciendo algo de vida social…
He de decir que ellos SIEMPRE me han acompañado, y lo entiendan o no, están acostumbrados a que Arian pida algo diferente para comer, jeje , bastante a menudo.
El cambio era tremendo! Cada día lo notaba más y solo pensaba en cómo podría hacer para comer ¨normal¨ y poder seguir manteniendo ese punto físico que tanto me gustaba!
Estaba súper orgullosa! Y segura de que iba a conseguir una buena clasificación! Tanto esfuerzo, tanto cambio, ese físico debían quedar en buen lugar!
Así que llegó el día! 7 de Mayo de 2017!
Cuando me arreglé para la competición solo podía verme y sentirme súper orgullosa de mi misma, 12 semanas sin pasarme NADA de nada, uouuuuuuuu, me había costado pero lo había conseguido 🙂 y estaba GENIAL!
El bikini, el pelo, el maquillaje, el punto, todo estaba perfecto!
Recuerdo que mis ganas de competir era proporcionales a las ganas de comer! Estaba ansiosa porque llegase la hora de comerme una pizza, pan, una hamburguesa, una ensalada, fruta! lo que fuera!
Llegó el momento… cuando vi a mis ¨contrincantes¨ me empezó a entrar el agobio, chicas muuuuy delgaditas, a excepción de un par que presentaban mi mismo físico trabajado, me volvía a encontrar con la situación de subirme al escenario con chicas que habían empezado a entrenar hacía unos pocos meses pero que la genética les había regalado una talla 36…
Comentarios como ¨la verdad es que me siento hasta mal porque no me he preparado prácticamente nada¨ me hacían pensar en mis duros 3 meses de preparación…
Gran decepción, 5º puesto de mi categoría… por delante algunas de las chicas que había oído hablar anteriormente…recuerdo bajarme del escenario e irme directamente a la ducha, lo único que me apetecía era irme a comer con Héctor, ni pensar claro en volver a subirme a una tarima después de aquello.
Unos días después, y tras haber saciado mis ganas de comer de todo, que no duraron mucho, estaba pensando en cómo mantener ese cuerpo, así que me puse a dieta otra vez, estaba en una mezcla entre la dieta de competición y poder disfrutar de manjares como avena, ensalada… jeje
Pero tardé poco en empezar a engordar, en 1 mes mis abdominales se habían casi tapado y aunque mantenía un punto bueno yo era incapaz de verlo!
Cuando volví de vacaciones, en Septiembre de 2017, 4 meses después de la competición el peso había aumentado de 62 Kgs en competición a 68 kgs!
Qué había pasado? no recordaba haber tenido una rebote así en mis anteriores competiciones!… O sí! en el año 2008, mi primera competición también estuve 3 meses sin saltarme la dieta y recuerdo haber tenido un rebote bastante grande al volver a mi ¨vida normal¨…
No me lo podía creer, empecé a ponerme mi ropa y TODO me apretaba, recuerdo que antes de ir a la merienda de cumpleaños de mi sobrino lloré en casa sin saber qué ponerme, ni mis vaqueros me entraban!
Siempre he tenido que cuidarme, me he acostumbrado a ello y me gusta trabajar tanto dentro como fuera del gimnasio para conseguir el cuerpo que quiero tener pero hacerlo para que no de resultado… eso es, como poco MUY FRUSTRANTE!
Recuerdo que nada más volver de las vacaciones decidí ponerme muy seria con la comida y con el entrenamiento, lo que me estaba pasando no podía ser… no podía permitir seguir en ese punto, así que volví a mis sesiones de cardio intensas dejando un poco de lado las pesas, ya llegaría el momento de darles caña, cuando toda esa grasa que se había apoderado de mi cuerpo decidiera irse, jeje, así que volví a coger la dieta de la competición, con el privilegio de que el viernes por la noche tenía comida libre! Me lo merecía, después de tantos meses a dieta, después de toda la semana sin saltarme nada, qué menos!
Pero algo pasaba, el peso no paraba de subir! En Octubre ya estaba en 69 Kgs!
Recuerdo que hasta mis mallas me apretaban! Las mallas!
Por lo que decidí ir a entrenar con las que tenía negras, eran las que yo creía que me disimulaban más y además no quería ponerme mi ropa chula de entrenar viéndome así, no lo estaba llevando nada bien… y sin darme cuanta me pasé meses vistiéndome de negro y de largo para entrenar…
Nada, no funcionaba NADA, cambié de dieta mil veces, hice ayunas de 8, 12, 16 y hasta 24 horas! NADA!
Como era posible que pudiera llevar a mis chicas a un punto genial, siempre con mejoras? y que yo fuera incapaz de bajar 1 Kg?
No entendía nada! Habría cambiado mi cuerpo hasta tal punto que nunca más podría volver a bajar de peso? Al punto de que cualquier cosa que comiera me engordase?
En Navidad nada había cambiado, al revés, cada vez estaba más hinchada, no tengo fotos de cómo se me ponía la barriga porque me daba hasta vergüenza sacarme alguna o incluso enseñarle a Héctor, pero no tenía nada que envidiar a una embarazada de 5 meses… y eso era CADA DÍA, mi agobio subía y subía, ya no sabía qué hacer…
Estaba en una encrucijada entre hacer dieta hasta verme tal y como quería y pensar que me merecía saltarme algo, que no pasaba nada por tener una comida libre! Eso era lo normal!
En Noche Vieja decidí recuperar uno de mis vestidos de invierno, no me lo había puesto desde hacía 1 año así que ahí estaba la prueba de fuego! Realmente estaba como yo me veía o era algo que se me había metido en la cabeza?
No, definitivamente no eran cosas de mi cabeza…
La regla no me bajaba desde Noviembre, y ya sabía que era el strés el que me lo estaba ocasionando… sumábamos más cosas, y ya supe entonces que algo no iba bien en mi.
Me hice analíticas, quería comprobar mi tiroides, mis niveles de cortisol… todo lo que pudiera desencadenar lo que me estaba pasando… pero nada todo estaba bien! Cómo????????
En Enero el peso alcanzó su punto álgido! Recuerdo que un lunes me pesé y no podía creerlo! 72 Kgs!
Cómo había llegado hasta ahí???
Ya no sabía a quien recurrir! A quién preguntar! NADA funcionaba!
Hasta mi humor había cambiado, estaba triste, angustiada, agobiada, ansiosa… esto no podía seguir así…
Así que en Febrero decidí cambiar de estrategia – está bien – pensé, – sé como hacerlo, me dedico a esto, así que voy a hacer lo que yo recomendaría hacer, si lo que he hecho hasta ahora no está funcionando algo tengo que cambiar -, así que decidí NO SALTARME LA DIETA HASTA VER CAMBIOS; no iba a ser tan estricta como en competición pero sí tenía claro que no iba a saltarme nada, por lo que comencé a comer casi de todo, verdura, ensalada, carne, pescado… pero no me salía de ahí.
Cuando comencé a ser estricta me di cuenta de que cuando yo pensaba que hacia todo tan bien realmente no lo hacía tanto… la ensalada cesar del viernes con mi madre, el pan, la cena libre del viernes noche, más pan el fin de semana… y aunque no eran cosas exageradas, sí lo eran en ese momento para mi…
Una vez que empecé a ser estricta en mi alimentación comencé a ver pequeños cambios, muy pequeños diría yo, y a finales de Febrero me volvió a bajar la regla, empezaba a funcionar! Mi cuerpo había reaccionado!
Lo más interesante de todo esto es que fue en el momento en el que decidí no saltarme nada cuando mi cabeza se empezó a relajar, ya no llegaba el viernes y tenía el cargo de conciencia por saltarme la dieta o la angustia por pensar en qué saltarme que no fuera muy malo… simplemente no tenía esa opción por lo que conseguí relajar mi mente…
En Marzo me saltaba la dieta cada 15 días y en cuanto empecé a ver más resultados me permitía una vez a la semana.
Todavía no estaba en el punto en que quería pero iba por el buen camino!
En Mayo comencé de nuevo con mi rutina de pesas aunque manteniendo el cardio de alta intensidad…
1 año después de la competición mi cuerpo reaccionaba…
Y por fin empezaba a ponerme mi ropa de color para entrenar de nuevo! 🙂
Volvía a ser yo! Se estaban yendo las nubes que me habían acompañado durante más de 1 año y comenzaba a salir el sol de nuevo!
Incluso mi sonrisa volvía a ser la que era! Más relajada, más satisfecha!
El verano me ha servido para disfrutar más de mis entrenamientos, ya no eran un suplicio, una angustia, sino que con cada esfuerzo veía una recompensa.
Prioridad, entrenamiento con peso.
Me he conocido más he llegado a una conclusión…
No necesito verme como en la competición, no es sano para mi, yo no soy así, no puedo mantener ese cuerpo siempre, pero cada avance me hace estar más orgullosa de mi misma, vuelvo a ser yo, satisfecha con mi trabajo.
Mi peso a día de hoy es de 64,6 Kgs y aunque no suelo hacer mucho caso al peso sí que me gusta ver que he conseguido bajarlo!
1 año y medio después este es el resultado, no desistí, no dejé de luchar por lo que quería y por fin lo conseguí! 🙂
Arian Fitness Coach